Un crack que supo brillar en la redacción de El Eco de Tandil.
Simplemente nos limitaremos a saludarlo con estas líneas que en su momento le dedicó Leandro Vecino al MAESTRO.
Y vale la cita de por qué merecía la pena que fuera periodista:
“Sigo creyendo, y no soy el único, en el destino mágico de los globos de gas y de los pájaros en viaje hacia su última morada. En la necesidad de vender cara la derrota y salir al encuentro de las causas perdidas. Por algo de eso, y no por otra cosa, debe ser que sigo creyendo que merece la pena ser periodista”. (Fermín Daguzán).